México goleó a Nueva Zelanda
Ciudad de México, Noviembre 13 (2013).- Resulta paradójico, pero en esta tarde nublada y friolenta, la selección mexicana encontró la luz y el calor que le hacía falta para llegar al Mundial de Brasil. Sí, hoy ya no hubo claroscuros con el Tricolor, porque fue constante, intenso y contundente, dejando la pesadilla del Hexagonal a un lado. Por eso, éste exorcizado equipo solo tiene que ir a Nueva Zelanda a ratificar la ventaja de 5-1 que sacó en el Azteca, la cual parece definitiva.
En esta historia de 180 minutos, el guión obligaba a la renovada selección de Miguel Herrera a sacar una ventaja significativa del Azteca, una que matara los fantasmas y los temores que permearon al Tri durante el 2013. El Piojo y su equipo cumplieron, pero no solo con el marcador abultado, sino con una idea de juego que contrastó con lo que había ofrecido el conjunto nacional este año.
Sí, esta historia bien puede entenderse como el reencuentro de un equipo huérfano de estilo y resultados con su mejor versión, pero también hay que aclarar que el antagonista fue menos monstruoso de lo que se esperaba. Nueva Zelanda fue sencillamente Nueva Zelanda. Si los oceánicos tuvieron cierto rasgo de peligro en la víspera de esta serie, se debió a la desconfianza que prevalecía en el Tri, y una vez derribado ese obstáculo las cosas se acomodaron como tenían que estar.
LA PACIENCIA
El primer requisito que tenía que reencontrar el equipo mexicano era la paciencia, esa virtud que se ausentó durante el Hexagonal. Nueva Zelanda arrancó con una línea de cinco hombres atrás, protegida por otra de cuatro metros más adelante y un solo atacante. Su idea era clara: defenderse hasta el límite de sus posibilidades.
Bajo este escenario, México fue incisivo con Miguel Layún y Paul Aguilar desbordando por las bandas, con Carlos Peña y Luis Montes penetrando por el interior, y arriba Oribe Peralta y Raúl Jiménez, a la espera de finiquitar alguna oportunidad.
Así llegaron algunos intentos de Montes, un centro de Layún que Peralta remató a un lado, y la jugada polémica al minuto 18, cuando en un recentro de Montes, Oribe remató a la portería y la defensa sacó el balón cuando ya había rebasado la línea; un gol que el árbitro no dio por bueno.
La clave para México fue no desesperarse, por eso, al 23′ llegó un disparo de Francisco Javier ‘Maza’ Rodríguez que se estrelló en el travesaño. Así se iba mermando la voluntad de los neozelandeses, quienes en sus esporádicos contragolpes avisaron que la defensa mexicana es el punto más débil, porque sin mucha idea, en sus latigazos mostraron la lentitud de la zaga.
SE ROMPIÓ EL CERCO
El Tricolor siguió tocando la puerta, sabedor que con una grieta la muralla de los visitantes podría caerse. Fue así que empezaron los balones filtrados, como el de Luis Montes a Jiménez al minuto 26 que desperdició el atacante al sacar un disparo suave ante el achique del portero Glen Moss.
Al 31′, Nueva Zelanda por fin cedió. En un centro al área de Luis Montes, la defensa cargó por la espalda a Oribe, el árbitro dejó seguir la jugada porque arribaba con determinación Paul Aguilar para sacar un disparo que se incrustó en las redes. 1-0 y lo más difícil ya había pasado.
Lo que le siguió al gol fue la intensidad. Una vez que a México le quedó claro que era muy superior a su rival, fue por la goleada. Al 36′, el árbitro le anuló un tanto a Oribe por fuera de lugar en un tiro de Paul; después vino un remate de escorpión de Jiménez, que obligó la providencial atajada de Moss.
Al 39′ llegó un tiro de esquina en el que Carlos Peña remató picado al césped, el balón le cayó a Raúl Jiménez quien, con la cabeza, la dirigió a las redes. 2-0 y el juego se finiquitó.
PUNTO FINAL
El segundo tiempo se vio al Tricolor más hambriento del último año. Decidido a finiquitar este repechaje de una vez por todas. Por eso solo pasaron dos minutos; al 47′, para que Layún desbordara por su banda y mandara un centro que Oribe guardó para el tercero.
Ya era la fiesta mexicana, un equipo nacional en armonía con su estadio lleno y pletórico. Al 79′, de nuevo apareció Oribe Peralta para el cuarto gol, y cuatro minutos después, Rafael Márquez, con la cabeza, clavó el quinto.
Sin embargo, en los equipos de Herrera el sector defensivo debe ser una cruz aceptada a su vocación ofensiva. Fue así que al 84′, Chris James puso el de la honra para los neozelandeses. En los últimos minutos, la selección buscó el sexto que clamaba el Azteca. No llegó, a causa de las atajadas de Glen Moss.
Así terminó el primer capítulo de una historia de reivindicación. México estará en el Mundial porque se despejó a tiempo de sus traumas, justo hoy, en una tarde nublada.
Información y foto: Milenio